En una nueva planta en Santa Cruz, Bolivia, Kimberly-Clark dio prioridad a reducir aún más la extracción y el uso de agua de fuentes naturales. Su objetivo era utilizar el agua de su planta de tratamiento para procesos de lavado a lo largo de la línea de producción. Sin embargo, el agua tratada contenía numerosos sólidos suspendidos totales (SST), así como organismos microbiológicos, piedras y arena, lo que causaría problemas en los equipos.
Eco BCG propuso insertar una etapa adicional de filtración en el proceso. El objetivo era filtrar partículas de 120 micras y mayores, y reutilizar al menos el 50% del agua. Se instaló un filtro de auto limpieza equipado con una pantalla de 120 micras que procesa un volumen de 50 m3/h (220 gpm). El filtro no sólo ayudó a lograr su objetivo de reducir el consumo general de agua, sino que también redujo el tiempo de mantenimiento y los costos en las máquinas de producción de papel.
Newsletter sign-up